A través de este blog pretendo que compartamos experiencias educativas y deportivas.

sábado, 29 de febrero de 2020

Quizá tu hijo sea el 4 de los rojos


Desgraciadamente es muy común ver en las gradas de los campos de fútbol base la desconsideración que se tiene contra los árbitros. No estar de acuerdo con las decisiones arbitrales lo puedo entender, incluso puedo admitir alguna apreciación educada, pero de ahí al insulto, a la humillación es lo que no tolero. ¿qué estamos haciendo? ¿qué ejemplo estamos dejando a nuestros niños? De verdad pensamos que les estamos educando con estos ejemplos en los valores deportivos. Como deportista semiprofesional que he sido y deportista que me considero he sido educado en valores deportivos y nunca me han educado en insultar al árbitro, ni a los rivales, me educaron en el respeto, que desde mi punto de vista es lo que falta hoy a los padres y madres en el futbol base. 

Os cuento lo vivido hoy:

Viendo un partido de fútbol base de cadetes había un padre del equipo contrario que no paraba de insultar vehementemente al árbitro. Con la mejor de mi sonrisa y educación me he dirigido a él y le he dicho, “perdona, mira mi hijo es el número 8 de los verdes, me gustaría saber cual es el tuyo, para ver que él no falla nunca, ya que te cabrea tanto que el árbitro falle, quiero ver si esa misma exigencia que tienes con el árbitro la tienes con tu hijo” primero me ha mirado extrañado y luego en un ataque de valentía me ha dicho “el 4 de los rojos” lo cual he agradecido enormemente. A raíz de ahí me lo he pasado genial, no sé si los astros se han alineado conmigo o se han alineado contra él. El caso el que el 4 de los rojos no daba una, ni táctica, ni fisica, ni mucho menos técnicamente hablando. 

Estaba como loco porque entrara en acción el 4 de los rojos, lo deseaba y una tras otra no daba una, incluso he tenido la fortuna de ver como entre el 4 de los rojos y su otro central les han cogido la espalda para hacer el 2 a 1. No os podéis imaginar la alegría, por un lado por el gol del equipo de mi hijo y por otro por la cagada del 4 de los rojos.

Desde que el padre se ha dado cuenta que su hijo estaba haciendo un partido tan malo, curiosamente ha dejado de gritar como gritaba contra el árbitro y ha empezado a fijarse más en su hijo. A medida que pasaban los minutos este padre animaba a su hijo, le gritaba y le daba instrucciones y parecía como si se hubiera olvidado del árbitro.  Al final del partido este padre solo estaba pendiente de su hijo y no tanto del árbitro como al principio. 

Conclusión y aprendizaje
Si cada uno barriera la puerta de su casa, el mundo estaría limpio. (La madre Teresa). A veces nos fijamos en los errores arbitrales, que los tienen, y no nos damos cuenta de los múltiples fallos que tienen nuestros hijos jugando. No te preocupes de los demás, no quieras barrer su puerta, preocuparte de tu hijo y barre la tuya, nos irá mejor a todos.

Y ahora si lo has leído, reflexiona por qué quizá tu hijo sea EL 4 DE LOS ROJOS