La gestión del vestuario, los malos resultados, la falta de ilusión de los jugadores o la presión de los aficionados, suelen ser momentos que traen de cabeza a los entrenadores y deben saber gestionarlos de la manera más exitosa posible.
La diferencia entre un gran entrenador/a y un extraordinario entrenador/a es la manera en que tienen de gestionar las dificultades, es de todos conocida la frase de "ningún marinero se hizo experto en aguas calmadas"
Hay muchas habilidades que los entrenadores/as deberían a este respecto, pero en este caso, para mí, hay tres aspectos que destacan sobre los demás a la hora de gestionar escenarios de máxima dificultad, y son los siguientes:
1. Ante la adversidad, el entrenador/a de fútbol debe mantenerse fiel a si mismo/a. La fidelidad en este sentido nos habla de coherencia, y la coherencia es algo en lo que un líder jamás se puede permitir el lujo de traicionarse.
2. Debemos mantener la calma o la tranquilidad. La calma es ese momento placentero ausente de emociones, donde encontramos las herramientas suficientes para tomar las mejores decisiones. Recordad que la calma o la tranquilidad son la mejor versión de cada uno de nosotros/as.
3. No estar pendiente de agradar a todos. Si intentamos agradar por un lado a los jugadores/as, por otro lado a los aficioandos/as o al propio club, al final a quien no nos estamos agradando es a nosotros mismos.
Post realizado por Andrés París (Pedagogo deportivo)
@andresparis1
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