Desde hace un tiempo he estado entrenado y en contacto con varias personas que se dedican al triatlón. Ni que decir tiene que en cuanto oímos la palabra triatlón nos viene rápidamente a la mente la preparación física tan exigente que conlleva.
Al estar en contacto con estos triatletas, me he dado cuenta de una serie de características que conviene reseñar, ya que no es sólo un deporte físico sino que es un deporte mental muy exigente.
Lo más reseñable es que es un deporte extremadamente solitario, ya que la mayoría de los entrenamientos se realizan de manera personal-individual y te preparas para pasar largas horas solo (entrenando o compitiendo). Eso hace que necesites tener una preparación mental tanto o más exigente que la preparación física del propio deporte.
Cualquier tipo de competición es también enfrentarte a tus miedos, a tus incertidumbres, a tus creencias y a tus limitaciones y cuando ese enfrentamiento se produce solo, tienes que estar muy preparado emocionalmente para no decidir abandonar.
Me he dado cuenta que los triatletas están en una lucha constante, por un lado contra su físico y por otro contra su mente. Ahora entiendo el nivel de preparación mental que debe llevar un triatleta.
Ademas, es una disciplina deportiva que hace que te prepares, como he dicho anteriormente, para pasar varias horas solo y el ser humano no está preparado para hacerlo, por lo tanto es un handicap mayor.
Esas horas de soledad, son horas expuestas a la gestión del diálogo interno de cada uno. La diferencia entre los grandes y los extraordinarios deportistas radica ahí, en la gestión de ese diálogo interno.
Así que mi reconocimiento a todos los triatletas y a todo el que se quiera iniciar en el mundo del triatlón recomendarle que no sólo se ponga en forma y se exija físicamente, si no que empiece también a trabajar también su mente y su soledad.
Post realizado por Andrés París @andresparis1 coach-deportivo profesional
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