El otro día, me encontraba en la puerta de un vestuario de un campo de fútbol dispuesto a ducharme después de jugar nuestra pachanga de veteranos.
Antes de entrar al vestuario ví como en el vestuario de al lado se disponía a entrar un equipo de niños de 9-10 años, todos ellos perfectamente uniformados y sobre todo muy contentos.
Mientras estiraba en la puerta de mi vesturaio, presencie un lección de pedagogía que quiero compartir con vosotros.
Del vestuario del equipo de niños a los 5 minutos de meterse salieron el entrenador, su ayudante y uno de los futbolistas. El entrenador, sin alzar la voz y sabiendo positivamente lo que estaba haciendo, le dijo al niño: HOY TE QUEDAS SIN JUGAR. Antes que el niño pidiera explicaciones, el entrenador se las dió, "te quedas sin jugar porque has estado toda la semana entrenado mal, molestando a tus compañeros, tomándote los entrenamientos a cachondeo, no haciendo caso a tu entrenador, etc... y COMO UNO NO ES LO QUE DICE SINO LO QUE HACE, me propuse no decirte nada y si hacer, y ha sido dejarte fuera del equipo en el partido de hoy."
"Por tanto te recomiendo que cambie tu comportamiento la próxima semana" y con estas palabras se metío de nuevo al vestuario.
El niño se quedó a la puerta del vestuario llorando desconsoladamente, acababa de recibir una lección de pedagogía de verdad, una lección de las que se acordará toda su vida y sobre toda una lección de que los malos comportamientos no suelen tener premios.
Desde aquí felicito al entrenador por como lo gestionó y desearía que en el fútbol hubiera más pedagogos que futbolistas.
Para los padres deciros que uno no es lo que dice sino lo que hace.... y que cuando amenazamos a nuetros hijos y no cumplimos las amenazas, ni les educa, ni les enseña, ni les vale para nada, bueno si para que nos tome por el pito del sereno.
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